Pués sí, Cristina se casaba, iba a ser mamá, cambiaba gracia por Manhattan, aparcaba la bici y empezaba la mayor de las aventuras junto a Boris, un chico brillante, guapo, con sentido del humor, todo un gentleman...
Así que tuvimos que entenderlo y aceptarlo, y de paso alegrarnos mucho y viajar a Nueva York para asistir a la boda de nuestra amiga (preñada de vida y amor), cómo damas de honor. Hasta aquí todo bien, amor, amistad, viaje, Óscar de camino...
Para mi, Sandy era un helado que tomábamos con toppings y sin mucho criterio, hasta ése octubre de 2012... Cu cuuuut soy un huracaaan, el más mortífero ciclón tropical de la temporada de huracanes de 2012 y tú, insignificante mortal catalana lo estás flipando, porque estás en la zona A de evacuación con un tejano, una vallisoletana, y la más bella flor de gracia, viendo "El milagro de P Tinto", esperando que las cucarachas agitadas que comparten piso con vosotros, el yonki aún más agitado que habita el piso de arriba, y yo, agitadísimo huracán que soplo (ríete del lobo), nos relajemos ... Pero no.
Y ahí aparece Boris, a lomos de su Van, con esa sonrisa y esa calma y ése saber estar hasta en un puñetero huracán, moviendo la Van como si de una pluma se tratara.
Entenderéis que desde ese preciso momento dejara de ser el futuro marido de Cris, y pasara a ser un colega, con el que el tiempo me ha dado la oportunidad de compartir la pasión por la comida, un gusto musical amplio y en ocasiones pintoresco ,el sentido del humor, y un amor incondicional por la señorita Arola.
Felicidades Boris, 50 es un número que merece tenerte en su club!!!!
Yolaaandaaaa ♥️
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